
Este 2023 se prevén cambios para flexibilizar la normativa española que regula la producción y comercialización del cáñamo, pero Navarra ya ha dado un paso adelante para aprovechar las posibilidades que entraña este cultivo.
El Gobierno foral se ha aliado con la Universidad Pública de Navarra (UPNA), con el centro de investigación biomédica Navarrabiomed, con el Instituto de Agrobiotecnología del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC-IDAB), con las sociedades públicas INTIA y Nasertic, y con la empresa privada Josenea para investigar, plantar y desarrollar variedades de cáñamo que tengan bajos porcentajes de THC, el principio estupefaciente por el que es más conocido, y que puedan destinarse a fines médicos, científicos, de investigación o para el cultivo.
Para ello la bautizada como Asociación Navarra para la Investigación del Cáñamo (ANIC) tendrá que tramitar una autorización previa de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).
