En cinco años los terrenos en los cuales se producen cáñamo industrial en Cataluña, España, se multiplicaron en grandes proporciones y es que de seis hectáreas pasaron a 300 hectáreas, donde actualmente crece esta planta, según reporta el Departamento de Agricultura de la región, lo cual evidencia un creciente interés de los agricultores de la zona.
Esto probablemente se debe a la versatilidad del cáñamo en el plano industrial y es que de la planta se deriva la fibra textil, celulosa de papel, aceites esenciales, aplicaciones medicinales, cosméticas, entre otros productos, pero para ello, la sustancia vegetal no debe contener más del 0.2% de psicoactividad, si se llegare a exceder, entonces sería considerada una actividad ilícita.
Problemas actuales
Para garantizar esos límites legales los productores tienen libertad de trabajar con alrededor de 35 variedades de semillas con muy mínima concentración de THC, aunque los cultivadores también atraviesan algunos problemas, uno de ellos, la falta de una regulación con normas mucho más claras y otros el tema de inseguridad, pues en estos sembradíos se registran asaltos por parte de criminales, algunos de ellos buscan robar la planta al pensar que se trata de marihuana y otros conscientes que es cáñamo buscan mezclarlos con marihuana y vender más kilos.
Ante la situación, el gremio pide a las autoridades se establezcan un marco regulatorio que les permita actuar con mayor libertad y al mismo tiempo se le brinde seguridad jurídica y personal a quienes forman parte de la producción de cáñamo.
