Empresa zimbabuense siembra primeras semillas de cáñamo legales


Una compañía zimbabuense plantó el primer cultivo de cáñamo autorizado del país el viernes en una prisión en la capital, Harare, después de que la producción de cannabis industrial se legalizara el mes pasado.

El Zimbabwe Industrial Hemp Trust (ZIHT) sembró seis variedades de cannabis industrial, también conocido como cáñamo, y dijo que eligió un patio de prisión por «conveniencia», ya que la propiedad ya tiene una seguridad estricta.

«Este proyecto es el primero de su tipo en la historia de nuestro país», dijo el ministro de Agricultura, Perence Shiri, a los invitados en el lanzamiento en la prisión central de Harare.

«Este proyecto piloto proporcionará conocimiento o información esencial para la producción exitosa de este cultivo. Los beneficios que se derivarán de la producción de cáñamo industrial son enormes y variados», dijo.

Zimbabwe legalizó la producción de cannabis para uso medicinal o científico el año pasado. Pero fue solo en septiembre que el gobierno legalizó la producción de cannabis para uso industrial.

A diferencia de la marihuana, el cáñamo contiene un bajo recuento de sustancias psicoactivas THC, mientras que la planta requiere un cuidado mínimo y es adaptable para crecer en la mayoría de los climas.

Se puede procesar en varios productos, incluyendo telas, cuerdas, ladrillos, papel y fibra de vidrio.

ZIHT, con sede en Harare, fue la primera organización en obtener una licencia de cannabis en el país del sur de África.

El fundador de la compañía, el dentista Zorodzai Maroveke, dijo que descubrió las oportunidades en la producción de cannabis cuando compró un vestido hecho de tela de cáñamo mientras estudiaba en China.

El ministerio de salud otorga licencias de cultivo válidas por hasta cinco años, pero están limitadas a condiciones estrictas de cultivo.

Aunque el consumo de cannabis anteriormente era ilegal en Zimbabwe, se usa ampliamente en la medicina tradicional para tratar afecciones como el asma y la epilepsia.

La posesión de cannabis recreativo sigue siendo ilegal y conlleva una pena de prisión de hasta 12 años.

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