Un clúster reúne a empresas ecuatorianas interesadas en el negocio del cáñamo


Un grupo de empresas y asociaciones del sector de alimentos, textil, cosmética y florícola se ha comenzado a reunir para explorar la posibilidad de acceder a un naciente mercado en Ecuador: la industria del cáñamo.

Con la expedición del reglamento, Ecuador abre la posibilidad a que personas jurídicas, a través de licencias otorgadas por el Gobierno, entren al negocio del cannabis con fines comerciales.

La Cámara de Comercio de Quito está impulsando un clúster de cáñamo con empresas con interés en este rubroAllí están, por ejemplo, Corporación Favorita, Provefrut, Laboratorios Beautik y gremios como Procosméticos y la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos y Bebidas (Anfab).

Este clúster trabaja en temas de normativa, investigación, desarrollo y generación de negocios.

El cannabis tiene diferentes variedades, pero el Gobierno permitirá la siembra, cultivo y cosecha para usos comerciales del cáñamo industrial y el cannabis no psicoactivo a cielo abierto e invernadero. Estas plantas deben tener menos del 1 % de delta-9-tetrahidrocannabinol (THC) en peso seco, que es el componente psicoactivo.

Patricio Alarcón, presidente de la Cámara de Comercio de Quito, sostiene que el cáñamo podría ayudar a sacar adelante la economía por los múltiples usos que tiene.

De esta especie se pueden elaborar fibras textiles, papel, materiales de construcción, biocombustible, plástico, cartón y alimentos. Se estima que la planta tiene más de 15.000 derivados de producción industrial.

El dirigente gremial señala que para estimular el desarrollo de este sector deben existir facilidades de inversión y que no haya trabas para la importación de las semillas.

La planta del cáñamo de uso industrial tiene la particularidad de crecer entre tres y cuatro metros y es diferente a la marihuana, que se asemeja más a la variedad del cannabis no psicoactivo.

Christian Wahli, presidente ejecutivo de Anfab, explica que otros países han avanzado en el uso del cáñamo y hay una serie de productos desarrollados a partir de sus propiedades.

Según el reglamento, Ecuador otorgará permisos para sembrar cannabis desde las dos hectáreas con un plan definido.

Wahli cree que el hectareaje a sembrar es un aspecto que debe ser analizado bien, pues no se debería empezar con extensiones importantes sin antes tener compradores.

En el negocio del cáñamo están Colombia, Estados Unidos y Canadá.

Al ser un cultivo nuevo, otro reto será determinar los lugares que tienen una mejor adaptación para las semillas de cannabis. Farith Pino, director ejecutivo de la Fundación Cáñamo Industrial de Ecuador, indica que ellos están desarrollando un proyecto para hacer pruebas con algunas variedades de semillas para diferentes usos, pues Ecuador tiene algunos tipos de clima.

La intención de esta fundación es investigar entre cinco y diez variedades por localidad.

«Acá lo que se debe comprobar es cómo se van adaptando las variedades del cáñamo en diferentes localidades. En naciones del hemisferio norte se cultiva donde hay 18 horas de luz durante seis meses, y tienen un periodo diferente a nosotros y hay que hacer investigación», asegura Pino.

Los especialistas anticipan que la zona de la Amazonía, por su tipo de clima, no sería adecuada para este tipo de cultivos.

Andrés Luque, subsecretario de Producción Agrícola del Ministerio de Agricultura, afirma que el desarrollo del cáñamo industrial dependerá de la adaptación de semillas. Él cree que este proceso puede durar un par de años.

El funcionario estima que en esta primera etapa podrían emitir licencias para unas 200 a 300 hectáreas de cannabis.

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