
“La idea es que Perú sea líder por lo menos regional en investigación cáñamo industrial”, afirman sus fundadores, José Escalante y Erick Schroth.
Según explica Schroth, el cáñamo o hemp – una variedad no psicoatica de cannabis – puede ser empleado como fibra para bioplásticos o textiles así como para la fabricación de casas (en aleación con materiales cementicio). También puede ser empleado para producir combustible, en forma de etanol (a partir de la fermentación de la biomasa), biodiesel ( extraído del aceite de semilla) y el gasóleo o gas (a través de un proceso de pirólisis), precisa.
En efecto, el ingeniero ingresó en la industria asesorando a inversionistas canadienses interesados en desarrollar el cultivo en el Perú y convocó a Escalante – bachiller en administración y finanzas- para lanzarse al negocio. Hoy cuentan con el respaldo financiero de una compañía basada en Canadá -cuyo nombre prefieren no revelar.
“El hemp es nuestro foco principal, donde podemos agregar más valor”, dice Escalante, quien repara que también trabajan en investigaciones sobre el uso de cannabis medicinal. “Estamos llevando a cabo estudios en la rama medicinal principalmente sobre experiencias en el extranjero que podrían homologarse aquí”, cuenta.
En ese sentido, los empresarios informan que a la fecha han logrado sellar alianzas con tres universidades (una de ellas es la UPC, apuntan) y dos empresas.
Para poner en marcha el plan asociado a cáñamo, están a la espera de que el Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri) defina los criterios y condiciones para su cultivo e industrialización.
En el Minagri consideran que la producción de cáñamo industrial excede los fines de la ley 30681 que regula el uso medicinal y terapéutico del cannabis, por lo que debería impulsarse una norma específica para dicho uso. En ese sentido, el Estado revisaría la definición de cáñamo en el reglamento en los próximos meses.
Fuente: https://elcomercio.pe/
