IndiNature, con sede en Edimburgo, Escocia, necesita 3.8 millones libras esterlinas (unos 4.8 millones de dólares) para construir la tecnología que producirá un aislante hecho de cáñamo y lino cultivados en el Reino Unido.
Scott Simpson, director general, ha estado desarrollando el material innovador durante tres años y la compañía apunta a estar operando para fines del próximo año.
Simpson cree que el impacto potencial del aislamiento, que se une con un aglutinante natural que él inventó, es “absolutamente gigantesco”.
La industria de la construcción representa el 40 por ciento de las emisiones mundiales de carbono a través de la fabricación, el transporte y la construcción de materiales, así como las emisiones operativas.
Y al menos el 50 por ciento del desperdicio total de Escocia es producido por el sector, según Zero Waste Scotland.
“Resolvemos todos esos problemas con nuestro producto. Ahorramos carbono porque hacemos un sistema de eficiencia energética de muy alta calidad, pero el mayor impacto es que eliminamos aproximadamente una cuarta parte de la huella de carbono de la construcción de la casa promedio del Reino Unido porque almacenamos más carbono en los productos que la cantidad necesaria para hacer ellos”, señaló Simpson.
Se estima que la producción de IndiNature utiliza alrededor de un octavo menos de energía que el aislamiento estándar de vidrio y lana de roca, y su uso de cultivos que almacenan carbono de forma natural que extraen dióxido de carbono del aire hace que su material sea casi neutro en carbono.
Los cultivos industriales de cáñamo y lino también son naturalmente resistentes, y toman variaciones inesperadas del clima, como inundaciones a su paso.
Actualmente, la cadena de suministro se encuentra en el norte de Inglaterra, pero los agricultores escoceses que desean revivir los cultivos tradicionales utilizados anteriormente para abastecer a la marina con cuerdas de anclaje y aparejos están en conversaciones con la compañía.